La endodoncia, comúnmente conocida como tratamiento de conducto, es un procedimiento dental que trata las infecciones o daños en la pulpa dental, que es el tejido blando en el interior del diente que contiene nervios y vasos sanguíneos
La endodoncia, comúnmente conocida como tratamiento de conducto, es un procedimiento dental que trata las infecciones o daños en la pulpa dental, que es el tejido blando en el interior del diente que contiene nervios y vasos sanguíneos.
Elimina la inflamación y la infección en la pulpa del diente, aliviando el dolor intenso y persistente que a menudo se asocia con la necesidad de un tratamiento de conducto.
Permite salvar el diente natural que de otra manera tendría que ser extraído. Conservar el diente ayuda a mantener la alineación natural de los dientes y la función masticatoria.
Al limpiar y sellar el conducto del diente, la endodoncia impide que la infección se propague a otros dientes o al resto del cuerpo, lo cual puede prevenir complicaciones más serias.
Una vez tratado, el diente puede ser restaurado con una corona o empaste que mejora su apariencia y función, lo cual tiene un impacto positivo en la sonrisa y la autoestima del paciente.
La endodoncia es una especialidad odontológica que se enfoca en tratar el interior del diente, específicamente la pulpa dental y los conductos radiculares. Es ideal para personas con infecciones o daño en la pulpa debido a caries profundas, lesiones o procedimientos dentales previos que han afectado el tejido pulpar.
La duración de un tratamiento de conducto depende de la complejidad del caso. En la mayoría de los casos, el tratamiento puede completarse en una o dos visitas al dentista, cada una de aproximadamente una a dos horas.
El procedimiento principal es el tratamiento de conducto, que implica eliminar la pulpa dañada, limpiar los conductos radiculares y sellarlos. Otros procedimientos incluyen la apicectomía (extirpación del ápice de la raíz) y el retratamiento de conductos (cuando un tratamiento previo ha fallado).
No, el tratamiento de conducto no suele ser doloroso. Se realiza bajo anestesia local para eliminar cualquier incomodidad durante el procedimiento. Puede haber sensibilidad después del tratamiento, pero generalmente se controla con analgésicos.
La endodoncia permite salvar el diente afectado, manteniendo su funcionalidad y evitando la pérdida dental. También previene infecciones que podrían afectar la salud de las encías y la estructura ósea, asegurando una sonrisa completa y funcional.
Después de un tratamiento de conducto, es importante seguir una buena higiene oral, con cepillado regular y uso de hilo dental. Se recomienda evitar masticar alimentos duros hasta que el diente haya sido completamente restaurado con una corona o relleno. Además, asistir a citas de seguimiento con el dentista para monitorear la recuperación.
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