Los implantes dentales ofrecen varios beneficios en comparación con otras opciones de tratamiento, como dentaduras removibles o puentes fijos. Estos incluyen una mayor estabilidad y durabilidad, ya que los implantes se integran con el hueso, lo que proporciona una base sólida para las restauraciones dentales. Además, los implantes no requieren modificar o desgastar los dientes adyacentes, como ocurre con los puentes fijos, y promueven la salud ósea al prevenir la reabsorción ósea que puede ocurrir después de la pérdida dental. Esto ayuda a mantener la estructura facial y prevenir la aparición de un aspecto envejecido.

Los buenos candidatos para implantes dentales son aquellos que tienen una buena salud bucal y general, suficiente densidad ósea en la mandíbula o el maxilar para soportar el implante y encías saludables. También es importante que estén comprometidos con una buena higiene oral y sigan las recomendaciones del dentista.

El proceso de colocación de implantes dentales puede llevar varios meses, ya que implica varias etapas. Después de la colocación del implante, se necesita tiempo para que el hueso se fusione con el implante en un proceso llamado osteointegración. Una vez que esto ha ocurrido, se coloca una estructura de soporte (abutment) sobre el implante y finalmente se coloca la corona o prótesis dental.

Los implantes dentales pueden durar toda la vida si se mantienen adecuadamente con una buena higiene oral y visitas regulares al dentista para chequeos y limpiezas. Sin embargo, la longevidad de un implante también puede depender de factores como la salud ósea del paciente, sus hábitos alimenticios y de cuidado dental, y si fuma o no.

La colocación de implantes dentales generalmente se realiza bajo anestesia local, por lo que el paciente no debería sentir dolor durante el procedimiento. Después de la cirugía, es normal experimentar algo de incomodidad y puede requerir analgésicos suaves durante unos días. Sin embargo, la mayoría de los pacientes encuentran que el malestar es manejable y desaparece rápidamente.

Sí, los implantes dentales están diseñados para verse, sentirse y funcionar como dientes naturales. Una vez que se completa el proceso de colocación y se coloca la corona o prótesis dental sobre el implante, es difícil distinguirlos de los dientes naturales. Además, los implantes dentales restauran la capacidad de masticar y hablar con normalidad, lo que los hace muy funcionales.