La periodoncia es una especialidad de la odontología que se centra en la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades de las encías y los tejidos que sostienen los dientes, como la gingivitis y la periodontitis. Cualquier persona que experimente inflamación, sangrado de las encías, mal aliento persistente o movilidad dental debería considerar una evaluación periodontal.

La duración del tratamiento varía según la gravedad de la enfermedad periodontal. Para casos leves como la gingivitis, pueden ser suficientes unas pocas visitas para realizar limpiezas profundas. Sin embargo, los casos más avanzados de periodontitis pueden requerir múltiples sesiones de tratamiento y mantenimiento periódico a largo plazo.

Los procedimientos comunes incluyen limpiezas profundas (raspado y alisado radicular), cirugías periodontales para reducir las bolsas de las encías, injertos de encías para cubrir áreas de recesión, y la regeneración ósea para restaurar el tejido perdido alrededor de los dientes.

La mayoría de los procedimientos periodontales no causan dolor significativo, ya que se realizan bajo anestesia local. Después de las intervenciones, es normal sentir una leve incomodidad o sensibilidad durante unos días, la cual puede aliviarse con analgésicos comunes.

El tratamiento periodontal mejora la salud de las encías, previniendo la pérdida dental y manteniendo la estructura ósea. Esto permite que la boca funcione correctamente al masticar y hablar, mientras que unas encías saludables también mejoran la apariencia de la sonrisa.

Después de un tratamiento, es esencial mantener una rutina de higiene oral adecuada, con cepillado suave, uso de hilo dental y enjuagues antimicrobianos. Además, las visitas periódicas al periodoncista para limpiezas de mantenimiento son cruciales para evitar la reaparición de las enfermedades periodontales.